viernes, 22 de junio de 2012

EMMONA. 106KM 8.300m+

Por primera vez en mi vida ultrera decidí salir sin reservar, sin el único objetivo de acabar. Notaba que mi cuerpo no se iba a quedar contento por el mero hecho de acabar en las 36 horas que daba la organización. Notaba que necesitaba morir matando o matar muriendo. Bueno no, no quería matar ni morir. No quería buscar límites. No quería ganar. En realidad no tenía ni puta idea de lo que quería excepto que no me iba a conformar con hacer toda la prueba andando.

Así que a las 6 de la mañana no pusimos al turrón. Turrón del duro. Mucho turrón del duro.

La primera cuesta son 1.300 metros de desnivel en 8KM los dos últimos al 35% de desnivel. !!!!2KM al 35% de desnivel¡¡¡¡ El Anglirú tiene 1KM al 17%. Esto es empezar bien. Como vamos frescos y a ritmo llevadero, la verdad es que se me hace corto. Baja Modesto que subo yo.

Alli abajo esta St Joan
Primer avituallamiento en el KM 17 y ya llevo 3h15m. Voy bien, bastante bien tanto de tiempo como de fuerzas y de ánimo. Por cierto, pedazo avituallamiento. Había comida como para una boda. Por si acaso era un espejismo me puse de comer como si fuera  mi última cena.

Han cantado linea, continuamos para bingo. En este caso el bingo es otra subidita de otros 1.200 metros que nos lleva al collado de Tres Picos. Empiezan los dolores en la rodilla, empiezan los temores y empieza la Alta Montaña. Así, con mayúsculas. Otros 17KM hasta el siguiente avituallamiento en el que encadenaríamos la ascensión a tres picos de más de 2.800 metros enlazados por una cresta a más de 2.600 metros de altura. Por que esta es una característica de esta prueba: si ves que el camino tira hacia un collado y ves el pico vecino, puedes estar seguro de que vas a subir al pico. Y por la vía directa, nada de rodeos. La rodilla ya no molesta, duele y mucho.
Pues si, por ahi se puede pasar y alguno, yo no, hasta correr
Una vez finalizada la cresta toca bajar hacia Nuria, KM 45 de la prueba y ya con casi la mitad del desnivel positivo finiquitado. Llego en 10 horas y media. No me lo creo. A este ritmo o bajo de 24 horas o reviento. El dolor de mi rodilla me hace pensar que voy a reventar. Me tumbo en la hierba y vuelvo a comer como si fuera de boda. A los tres cuartos de hora arranco hacia la cima de Puigmail. Me cuesta casi dos horas hacer estos 5 kilómetros y 1.000 metros positivos. La rodilla me va a explotar. Vamos, que voy a reventar. Que le den pol culo, si reviento viaje gratis en alicótero.

13KM y 1.900 metros de bajada después llego a Planoles, pueblo en el que nos esperan las mochilas. Siguiendo mi tónica de pureza extrema y, salvo emergencia, acabar con lo que empiezo, no toco nada de la mochila. Llego en 15 horas así que voy muy bien de tiempo. Justo al salir me dan una noticia buena y una mala. La buena es que quedan dos subidas no tres como yo pensaba. La mala es que quedan 7KM más de los que pensaba.

Me coge la noche superando los 1.000 metros de ascensión que nos llevan a la Clovil. Intento ir sin frontal pero, entre que no hay luna y que voy por bosque, me toca encenderlo. Me parece que alumbra poco pero subiendo no me importa. ¿y mi rodilla? Pues como si acabara de empezar. Los dolores han desaparecido completamente. Y sin PowerClarete.

Una vez en la cima comienzo la bajada hacia Ribes y aquí es cuando me cago en el frontal. Anda que no jode gastarse 80€ en el superfrontal de Peltz, comprar las pilar Enegizer superpowerplustitaniumplatinum y que no alumbre lo suficiente para poder correr. Seguro que el can sancio reducía mi percepción, pero no redujo mi cabreo al ver que tras casi 70KM y 7.000m+ tenía ganas de correr y no me atrevía por no tener la suficiente luz.

El frontal y el cansancio hicieron bajar mi ritmo de manera que llegué a Ribes tras 21 horas y media de carrera. Ya solo quedaba lo peor: el Taga. No se catalán, pero Taga debe de significar: este es el monte más cabrón que vas a  subir hoy, panoli.

Son 1.000 metros de desnivel, al principio suavecitos. Al principio. El perfil de la cima se adivina en la noche. Se la ve cerca, muy cerca. Alcanzo a una pareja y cometo el error de preguntarles la altura: 1.350 metros. Nos quedan 700 metros de desnivel. No puede ser, ¿por dónde coño se sube si la cima está ahí? Al poco salgo del bosque y encuentro la respuesta en una hilera de luciérnagas que avanzan penosamente. Madre del amor hermoso que subidón.

Como bien me enseñaron los padres Corazonistas en el cole con resignación, sacrificio, esfuerzo y trabajo se alcanza la gloria. Así que con resignación, sacrificio, esfuerzo, trabajo y un par de cojones 2 horas después alcancé la gloria.

La gloria 
Ya solo me quedaban 16KM cuesta abajo. Aquí si que las fuerzas se habían agotado y esos 16KM cuesta abajo me costaron 3 horas de, no voy a decir sufrimiento pero tampoco gozo. Digamos que fueron algo que ocurrió con tan poca intensidad que ahora mismo no recuerdo casi nada.

Así pues, 27 horas después de empezar, llorando de felicidad no por el tiempazo, tres horas inferior a mi mejor previsión, ni por el puestazo, muy por debajo de los últimos lugares en los que suelo finalizar, sino tener por primera vez la sensación de que había sido yo quien había dominado a una prueba y no al revés. Puedo asegurar que fue la sensación de control, de saber que, salvo accidente, iba a acabar la prueba la que me hizo llorar a la llegada. Fue esa sensación y no el mero hecho de pasar por el arco de meta. Fue la primera vez que lo sentí y juro que me gustó.



No debo acabar esta crónica sin felicitar a los organizadores de esta prueba. He de decir que antes, durante y después de la carrera su trabajo, ¿esto es un trabajo?, ha sido pluscuamperfecto. Y bravo por todos los voluntarios: simpáticos y roceros hasta rabiar. GRACIAS.

Fe de erratas. Rectificar es de sabios y cagarla de tontos. Así que voy a compensar lo tonto que soy rectificando.
Al ir a guardar las pilas del frontal me he dado cuenta de que tenía el difusor puesto ¡¡¡¡¡¡¡ por eso no alumbrabaaaaa!!!!! Hará falta ser membrillo.